A años luz del estereotipo de las muñecas bravas del tango, María Volonté vuelve a soltar como al descuido, sin énfasis ni subrayados, su sello personal en su nuevo disco Sudestada.
La placa, producida artísticamente por Raúl Carnota, se despoja de accesorios y probables distracciones para que se levante, límpida, clara y armoniosamente sensual la atractiva voz de la cantante. En algunos casos directamente a solas con su guitarra, con el bandoneón de Walter Ríos o el piano de Pipi Spatocco, Volonté saca provecho de esa natural condición para lucirse en los climas íntimos generando una conexión cómplice con el público, como ocurre en la impecable versión de María.
El repertorio recorre algunos clásicos del género (además de la obra de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo, Los Mareados o Naranjo en Flor), pero también se abre al folklore regional (La Flor de la Canela, de Chabuca Grande, y la chacarera Sauce Grande, de la propia Volonté).
La intérprete, además, firma dos canciones de aire tanguero -una compuesta junto al cantor Caracol- que se inscriben en el ambiente de intimidad que domina la grabación a excepción de la chacarera citada y el Candombe Bailador del uruguayo Daniel Maza, que busca cerrar el álbum en otro registro pero no logra acomodarse del todo al trabajo general ni alcanzar la intensidad que sugiere el resto del disco.
Salvo el tropiezo del final, Sudestada convence, no con la furia de la tormenta sino con la suavidad de una brisa que conquista con su susurro.
Entrevista
Sudestada, en buena medida es un homenaje al barrio de La Boca donde vivo desde hace 25 años, y las sudestadas tienen que ver con las tormentas de lluvia y viento que los vecinos tenemos que soportar vuelta a vuelta”, dice María Volonté acerca de su última producción, Sudestada.
Con su natural sensualidad -infrecuentemente vista y oída en el tango actual-, la ganadora del premio Gardel y nominada al Grammy Latino une su voz a los arreglos de Raúl Carnota (también en guitarra y bombo legüero), Lucho González en guitarra, Popi Spatocco en piano, Walter Ríos en bandoneón, el bajista uruguayo Daniel Maza, Caracol como voz invitada en No sé Cómo Olvidar, el flautista Mono Izarrualde y el armoniquista Franco Luciani.
Otra vez se refiere a los vientos que todos los años azotan su casa: “No importa cuánto sacudieran mi casa las tormentas: siempre tuve a mi lado el amparo de una canción… Lo que he visto pasar ante mis ojos, lo soñado y lo vivido, lo atesorado y lo perdido está resguardado en estas canciones amadas”.
Con sabor a La Boca
Cuando la autora Elsa Osorio estaba escribiendo su nueva novela Cielo de Tango se inspiró en María para crear el personaje de Rosa Leyra. Esta novela argentina recientemente publicada en Europa cuenta la saga de dos familias en los extremos opuestos del espectro social de Buenos Aires. Rosa, una de las protagonistas, canta tangos con una intensidad cimentada en las duras experiencias que le han tocado vivir.
Para el lanzamiento en Europa, la autora seleccionó personalmente once tangos que fueron compilados en un CD, incluyendo dos canciones interpretadas por María. La idea fue que los lectores pudieran escuchar la música de Buenos Aires -que es en sí misma un personaje central del libro-, esa misma música que Osorio tuvo sonando en su cabeza mientras escribía esta historia.
“La voz de Rosa, desde el primer momento, cuando nació en el manuscrito, fue la voz de María Volonté. Rosa tiene la fuerza de María, su pasión. Como uno de mis personajes dice: ‘Cuando me cantabas, sentía todas y cada una de las palabras como tuyas, esas historias te ocurrían, ése era tu secreto’”.
“La voz de María Volonté -dice Osorio-, como la de Amalia Rodrigues y la de María Bethania, forman parte de la banda sonora de mi vida.” Para el álbum Tango: Les Musiques d’un Livre, Volonté cantó Apología Tanguera y grabó una versión especial de Nostalgias acompañada sólo por guitarras, obteniendo así un sonido más próximo al de la década del 20, que es cuando Rosa lo estrena en el libro.
En su nuevo álbum, Sudestada, María abre una nueva etapa en su exploración musical: “un sonido grácil y menudo que queda sostenido en el aire y se nos impregna por su belleza”, según sus propias palabras, y gracias a la producción artística que se mece entre lo folklórico y lo sutilmente camarístico, en el cual cuatro de los temas fueron compuestos por ella: Parte del Juego, Sauce Grande, Candombe Bailador (con música de Daniel Maza) y No sé Cómo Olvidar (con música de Caracol).
A la hora de hablar de cada una de estos temas, dice: “Las canciones son como una metáfora. En el caso de No sé Cómo Olvidar, Roberto (Caracol) compuso una melodía y me dijo que yo le escribiera la letra. Cuando la escuchó se puso a llorar, estaba genuinamente emocionado. El Candombe Bailador es una invitación a un baile de a dos. Algo así como diciéndole ‘bueno, vení, vamos a bailar sin ensayar’”.
Tanguera académica
“Parte del Juego alude al miedo que siempre está presente cuando iniciamos un nuevo proyecto. Es un mensaje para recuperar el coraje para volver a empezar. Y finalmente Sauce Grande, una localidad en el Sur de la Provincia de Buenos Aires cerca de Monte Hermoso, cuenta a su manera una historia de amor muy fuerte que yo viví y quedó asociada a ese lugar, un lugar encantador, un pueblito de pescadores”, comenta.
Con anterioridad a sus recientes presentaciones en el Maipo Club, a las que definió simplemente como “maravillosas”, este año María formó parte de Enamorándote, el nuevo espectáculo de Chico Novarro, una propuesta destinada a homenajear al amor y a la música de nuestro continente. Chico y María son amigos desde hace mucho tiempo, pero nunca habían subido a un escenario juntos. Esta vez realizaron un popurrí de tangos, boleros y, por supuesto, los clásicos compuestos por Chico como Arráncame la vida.
Pasión por el Sur
La discografía de Volonté consta de seis álbumes: el más reciente -como ya se ha dicho-, Sudestada (2007). El año pasado editó Yo soy María, donde explora la fusión del tango con el jazz y la bossa nova: por esta obra fue nominada al premio Gardel. Todos estos trabajos pueden ser consultados en su sitio web www.mariavolonte.com, donde hay versiones compactadas de su último disco compacto.
Sus trabajos anteriores fueron: Tangos (2004), donde ofrece una colección de clásicos de su repertorio y Fuimos (2003), ideado junto con el mítico y recordado pianista Horacio Larumbe que la hizo merecedora del premio Gardel 2004 al Mejor Album de Tango y fue nominado para el Grammy Latino. Más atrás en el tiempo, Cornisas del Corazón (1999) fue grabado en vivo en el histórico Café Tortoni, mientras que el primero, Tango y Otras Pasiones (1996) marcó el comienzo de su carrera.
Tanguera diplomada
En tren de novedades, hace poco María fue “Honrada” (como dice ella, con mayúsculas) por su contribución al género por la Academia Nacional del Tango en una ceremonia oficiada por Horacio Ferrer, presidente de dicha institución. Ferrer (“Un maestro auténtico”, tal como expresó) entregó a María un diploma en reconocimiento de su “distinguida trayectoria artística”, haciendo mención especial de la incorporación permanente en su repertorio, de otros géneros musicales más allá del tango, “tal como lo hizo Carlos Gardel”.